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Juan Rubio M.

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La Administración Inmobiliaria en Chile ha tenido un explosivo aumento. En un primer momento, ella recae sobre unidades individuales o pequeños grupos de bienes raíces de un mismo propietario. Al avanzar las décadas de los 40 y 50, esta administración se convierte en una exclusiva gestión de confianza, la que es atendida directamente por los Bancos, que crean Departamentos de Comisiones de Confianza, exclusivamente para ofrecer este servicio a sus clientes.
Con el crecimiento del mercado inmobiliario y, fundamentalmente, con el desarrollo de los edificios de habitación y oficinas de profesionales en los cascos centrales de las ciudades, hacia finales de los años 50, se
traslada parte de esta gestión a Corredores inscritos en los Registros de Corredores y de Administradores en el Ministerio de Economía.
Los primeros administradores de edificios se limitaban a la gestión contable y legal y dejaban en manos de los Mayordomos la responsabilidad física del inmueble. Esta forma de gestión se popularizó hacia finales de los años 50.
A comienzos de la década del 60 se inicia con fuerza la edificación de edificios de mediana altura que comienzan a requerir mayor dedicación para su manejo. Aparecen las centrales térmicas, las baterías de
ascensores, los sistemas de seguridad, las fuentes de energía propias y otros adelantos que van obligando a los administradores individuales a dejar el campo a empresas profesionales dedicadas a este rubro. Esta tendencia se extendió durante toda la década del 70.
Junto a los administradores individuales, estas empresas redujeron notoriamente la intervención bancaria, tanto por los cobros más bajos como por el trato personalizado que ofrecían. La tendencia fue a desaparecer el servicio bancario, quedando en manos de los agentes del mercado inmobiliario.
A finales de los 80 la administración de inmuebles ya es técnicamente profesional, obligada por importantes avances de la tecnología y los adelantos en las técnicas de edificación.
En la actualidad, los Administradores -en cuanto personas naturales- están centrados en los edificios de mediana altura y en condominios residenciales e industriales, en tanto que las empresas administradoras tienen el liderazgo sobre edificios institucionales, de altura, malls, y otros tipos de comunidades de gran volumen de unidades y/o inquilinos.